lunes, 24 de enero de 2011

Yo no soy así, tan cibernáutica.

Yo tengo caries, y muelas de menos, y granos, y pelos en las piernas, en los sobacos y en el entrecejo, y también en el conejo; y hay veces, y son muchas, que salgo a la calle y me aburro.
Y hay veces que cago heces de las cuales yo misma me sorprendo.
Y a veces me pongo ciega, y a veces canto coplas.
Y hay veces que pillo porros a mal precio y ni están buenos ni dan para mucho.
Y hay veces que miento, y digo que estoy estudiando y en realidad me estoy masturbando, y a veces pienso cosas muy tochas mientras lo hago.
Y soy capaz de beberme más de dos litros de Coca cola al día.
Incluso hay veces que demuestro que me interesa tu conversación, pero en realidad estoy pensando en cosas muy tochas que me auguran un interesante rato de masturbación cuando llegue a casa.
Y hay veces, muchas, que cuando hablo meto la pata, e incluso soy capaz de escupirte mientras lo hago y demostrar que soy aún más imbécil.
Y puedo hablar de cosas de las que habré hablado mil veces con la misma ilusión y sin cambiar tan siquiera ni una expresión.
Y hay personas a las que les cuento secretos ajenos que no debería por aburrimiento y por no saber de qué hablar.
Hay veces que te puedo poner a parir, y otras veces que no tanto.
Y puedo llegar a ser la hija más decepcionante del mundo.
Y, ¿sabes? mis padres follan más que yo.



Yo no soy así,
como parece que soy en mis pequeños dominios internáuticos personales, en esta especie de terapia autopresentadora y ensalzadora del YO. Y mucha parte de mi cultura se la debo a Youtube, a Megaupload, a Lastfm.com, y a otras páginas que frecuento. También sé manejar Photoshop, si. Sé poner fotos en blanco y negro, se intensificar los colores, se darles la vuelta. Sé ponerlas más oscuras para disimular granos, pelos, papadas, ojos bizcos, ya sabes.

No,
yo no soy así,
como parece que soy.
Soy mejor.

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