lunes, 29 de marzo de 2010

Esta es la historia de una persona que lo hacía todo mal.

Esta es la historia de una persona que lo hacía todo mal.
No había cosa que supiera hacer bien, y no creáis que en algún tiempo no creyó firmemente en tener aptitudes y en explotar sus dones; pero una vez lo consiguió se decidió por tirarlas al contenedor sin reciclar y sin pensar en el medioambiente si quiera. Las desaprovechó, se mofó de ellas y encima, nunca más volvió a tener fe en renovarlas.
Vamos, puede decirse que esa persona era una virtuosa del desastre.
Y consentidamente. Es más, me aventuraría a decir que se sentía prodigiosa por ser súmamente torpe, pues no había en ella ni el más mínimo atisbo de querer cambiarlo.

A todos les explicaba sus hazañas, y de todas se sentía muy orgullosa. Nadie jamás lo entendió, y todos se reían de ella.
Pero a cada carcajada que soltaban, ella soltaba una más grande, con lo que el público automáticamente dejaba de reir con tal de no darle la razón en nada.

Su inutilidad alcanzó tal grado que toda queja y todo deleite empezó a saberle a poco, y tomó la decisión de no volver a hablar jamás.
Sólo emitía sonidos molestos y alguna que otra rídicula mueca que dejaban ver todo lo inútil que se habia propuesto ser.

Pero un día, sin quererlo, tuvo un pequeño deslíz, e hizo algo bien.

Hoja de afeitar en mano, se dispuso a decir "adiós, mundo cruel!" pero como era tan desastre, tan inútil y tan torpe, solo consiguió arañarse un poquito las muñecas y cortarse las uñas. Y no le quedó nada bien.


Después de ésto, nunca más confío en sí misma. Era injusto que tras tanto tiempo de empeño, por una equivocación cualquiera, absolutamente todo se fuera al garete. Meditó profundamente, estuvo días, semanas, meses, años, pensando en como resolver este problema.
Y tras darse cuenta de que había perdido muchísimo tiempo reflexionando semejante tontería, llegó a la conclusión de que, sin duda, la había vuelto a joder. Es más, la había cagado más que nunca.
Derrepente todo en ella era autoestima, amor propio, autosatisfacción! y quería demostrarselo al mundo entero!
Mezcló aquello de hablar con los incómodos sonidos y las muecas, y al percibir su presencia, todos se tapaban los oídos y los ojos para ni verla ni oirla.
Con todo esto, ella más alegre se sentía, y más motivación recaudaba para seguir haciéndolo todo mal.


Actualmente continúa con su plan de vida, y creánme... no es poco el mérito. Puede decirse que, hoy, hace las cosas peor que nunca.

1 comentario:

  1. no lo habia leio, yo te decia la otra entrada.. sta mu higiéniko ;) virgiénika

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